Genesis 2
En el principio, cuando todo era nada,
Y la tierra yacía en un abismo oscuro,
Dios susurró al viento, plácido y suave,
Y el soplo de vida comenzó a brillar.
En el jardín del Edén, la creación floreció,
Donde los ríos fluían con aguas cristalinas,
Árboles frondosos y flores de mil colores,
El arte divino en cada rincón se veía.
Formó al hombre del polvo, con amor y ternura,
Y le dio vida con un soplo divino,
Adán fue su nombre, primer ser humano,
Guardián y custodio del jardín sagrado.
Mas Dios vio que Adán estaba solo,
Y decidió crearle una compañera,
De su costado tomó una de sus costillas,
Y así formó a Eva, la mujer amada.
Juntos caminaron por senderos floridos,
Disfrutando del paraíso en amor y armonía,
Sus corazones latiendo al compás divino,
En un baile eterno, de alegría infinita.
Oh Génesis, capítulo segundo,
Testigo del amor, de la vida en esplendor,
Tu poesía nos habla de la gracia del Creador,
Y en nuestras almas enciende pasión y fervor.
En tu relato encontramos nuestra esencia,
El anhelo de amar y ser amados,
La búsqueda del significado y propósito,
La conexión con Dios, fuente de nuestra existencia.
Que este poema sea un tributo a tu belleza,
A la sabiduría divina que en tus versos palpita,
Y que al recitarlo, nuestras almas se eleven,
En un canto de amor, hacia el cielo infinito.
0 Comments