En el alba de los tiempos, tras el diluvio y la paz,
Los hijos de Noé, en la tierra nueva, su linaje han de forjar.
Sem, Cam y Jafet, en sus venas llevan la historia,
Del hombre redimido, del arca y la memoria.
De ellos surgen las naciones, como estrellas en el firmamento,
Cada una con su brillo, su lengua y su acento.
Oh, vasta humanidad, que en su diversidad se expande,
Y en la tierra dividida, sus raíces profundas hunde.
Sem, el primogénito, engendra a los pueblos de oriente,
Que en sus manos llevan, la sabiduría y la fe ardiente.
Cam, el padre de Canaán, funda el linaje de las tierras fértiles,
Donde la vida florece, y el arte se hace visible.
Jafet, el más joven, guía a sus hijos hacia el norte y el occidente,
Donde el valor y la fortaleza, forjan leyendas y gentes.
Así, se teje el tapiz, de las culturas y los idiomas,
Un mosaico infinito, de destinos y de cromas.
En este canto de creación, resuena la voz divina,
Que en la diversidad nos enseña, la grandeza que ilumina.
Aprendamos a valorar, las diferencias y las historias,
Que en cada rincón del mundo, guardan sus memorias.
Oh, hijos de la tierra, escuchad el mensaje sagrado,
Que en la unidad y el amor, está nuestro legado.
Aceptemos con humildad, la riqueza de cada nación,
Y juntos, como hermanos, construyamos un mundo en comunión.
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